sábado, 20 de abril de 2013

Resúmenes del libro Los Hornos de Hitler

Los hornos de Hitler

Capítulo I. 8 Caballos o 96 hombres, mujeres y niños.


En este primer capítulo la escritora Olga Lengyel narra cómo fue su experiencia en todo lo que paso, ella vivía en Cluj, la capital la Transilvania que antes había a pertenecido a Rumanía  lo menos que querían era tener contacto con los alemanes, la señora Lengyel tenía su familia conformada por sus padres, sus dos hijos Thomas y Arverd, su padrino y su marido Miklos Lengyel tenían si propio hospital que lo habían construido con su dedicación y esfuerzo. Pasó tiempo para que les llegaran los relatos de las atrocidades que estaban pasando en Alemania, el peligro se respiraba en el ambiente de la ciudad.

El doctor lengyel tenia a sus servicios a un medico llamado Osvath, el no solo servía a al doctor si no también a los alemanes  Olga tenía a su padrino ya muy enfermo cuando él estaba ya muy grave los alemanes le quitaron todos sus bienes, así enfermo paso mucho tiempo en el hospital hasta que falleció  el doctor Osvath no fue muy buena persona con ellos él fue el causante de que le quitaran lo bienes al padrino de Olga aparte de que los entrego a los alemanes y les quito todas sus pertenencias del padrino, Osvath tiempo después se presento en la casa del doctor Lengyel quitándoles todo hasta sus objetos mas queridos. No pudieron hacer nada el poder estaba en manos de los alemanes y Osvath era su protegido  En Cluj la situación era cada vez más grave surgieron enfermedades y epidemias que se extendieron en toda la cuidad, se tomaron medidas de prevención y dividieron la cuidad en zonas, a los médicos les iba designando cada una de las secciones y al doctor Lengyel le toco una tiempo después lo nombraron como un médico responsable. Olga se dio cuenta que los vigilaba la S.S y tenían que tomar decisiones, así que conocían a un proveedor de leche que antes le vendía al hospital del doctor vivía a tan solo una hora de Cluj, fue muy buena persona con ellos y les construyo un sótano en su casa. La cuñada de la señora Olga vivió un mes con ella debido a lo que estaba pasando en Alemania tenia tres hijas que mando a vivir con ellos pero ellas no se daban cuenta de todo lo que sucedía y no quisieron irse con ellos, ya no sabían que hacer qué tuvieron que quedarse a esperar que les iba a pasar.

En una mañana le llego el aviso al doctor Lengyel de una junta médica, tenía miedo de ir y temía que fuera una trampa de los alemanes y Olga al mismo tiempo sentía un presentimiento des-afortunadamente se encontraban solos y no sabían donde localizar a señor Campian, así que decidió ir.
Se despidió de sus hijos, después de que salió a Olga recibió la noticia de que su esposo fue deportado a Alemania  Tomo la decisión de ir tras su esposo rápidamente busco información de lo que pasaba , pregunto y le dijeron que no había nada de que temer sin saber que eso era una trampa, se arrepintió decidió llevarse a sus padres y sus hijos con ella; llegaron a la estación de ferrocarril, al llegar el tren notaron que no era e pasajeros si no de ganado los soldados los movieron y el tren comenzó a moverse, iban a bordo noventa y seis personas niños, mujeres, ancianos aplastados por el equipaje, en un espacio donde cabían solo 8 caballos, el viaje iba prolongándose y no le veían fin, estaban totalmente a oscuras ya iba mucha gente enferma así pasaron siete largas noches. 

Capítulo II La llegada
En este capítulo la escritora cuenta cómo y cuando llegaron al campo de concentración, cuando llegaron al campo el vagón del tren parecía funeral ya que se encontraban enfermos y mucha gente muerta, cadáveres en descomposición. Al llegar al campo de concentración la gente esperaba que los sacaran inmediatamente del vagón pero no fue así, todavía pasaron una noche más, la gente estaba en mal estado encimados unos con otros, la señora Lengyel vio por una ventanilla como era el lugar a donde llegaron estaba alambrado con púas y estaba alumbrado a intervalos por reflectores. Cuando salió del vagón sintió la gran necesidad de ver a su esposo, hijo y sus padres al verlos los abrazo, sin pensar que sería la última vez que los vería  Después la separaron de ellos llevándose a sus padres y a sus hijos solo se llevaron a las mujeres llego asistencia medica, retiraron los cadáveres. Más tarde comenzó la primera ''selección'', las personas suplicaban que no los separaran de su familia; la señora Lengyel pasó por un lugar donde ella y las demás mujeres, observaron como las demás solamente iban cubiertas con trapos y con las cabezas rapadas y algunas descalzas.

Los soldados las metieron a un edificio donde habían soldados pero estaban borrachos, lamentablemente las mujeres eran humilladas frente a ellos las desnudaron luego las pasaron a una habitación donde les daban un baño, las pasaron a otra habitación desnudas y las sometieron a exámenes oral, rectal y vaginal las acostaban en una mesa y las revisaban todo este proceso era horriblemente humillante para ellas por que los soldados las miraban con caras burlonas y queriendo abusar de ellas, les dieron unos trapos para vestirse sucios y viejos que apenas y les quedaban algunas mujeres andaban descalzas y por ultimo pasaron a un cuarto donde los esperaban hombres que las raparían  nuevamente las pasaron por un bosque se encontraron con un edificio de ladrillos rojos, ese lugar era el crematorio en donde iban a parar niños, enfermos y viejos.

Capítulo III La Barraca 26

Las mujeres llegaron al campo, su hogar era la Barraca 26, habían dos campos uno era Birkenau y Auschwitz los separaba un ferrocarril. Auschwitz era el campo donde entraban los esclavos y Birkenau era definitivamente donde los exterminaban; los que eran cadáveres muy pronto serian cenizas. Los primeros días pensaron que las iban a destinar a trabajar pero no fue así.

El interior de Barrraca 26 estaba dividido en dos partes, una gran estufa de ladrillo de más de un metro de alto, con exactitud eran jaulas de madera; les proporcionaron mantas para cada koia que apenas y cubría a diez personas eran dos mantas miserables sucias y apestosas la barraca estaba extremadamente sucia y era imposible conservarla limpia, pues no había ni una escoba, ni un trapo. Solo cuando limpiaban, rompían los trapos con los que se vestían a las mujeres que les quedaban grandes.

Pero resulto aun mas difícil cuando comieron pues solamente les dieron veinte vasijas para mas de mil personas en cada vasija cabía litro y medio, en la mañana tenían que conformase con limpiar las vasijas y las mujeres se encontraban muy agotadas y lo único que querían era era un alimento y no solo eso sino también escapar pero tenían miedo de ser atrapadas por la S.S pues ellos tenían las órdenes de disparar.

Capítulo IV Primeras Impresiones

Ya tenían dos días de estar en la koias y cuando les iban a dar su primer comida matutina, era algo miserable  les dieron un liquido al cual llamaban ''café'' aunque a veces también les daban te pero no había mucha diferencia entre las dos bebidas y no se los daban azucarado.

Al mediodía les daban sopa no sabían ni de que estaba hecha les sabia muy mal, además de que algunas mujeres les tocaba la sopa ''sorpresa'' llegaban a encontrar hasta ratones; pero no les quedaba de otra más que comérsela. Por la tarde recibían pan negro que contenía mucho serrín era muy doloroso comerlo porque les lastimaban las encías y no tenían cepillos dentales para hacerlos  La sopa, el té y el café los transportaban en calderas de setenta litros, y solo las cargaban entre dos mujeres les era muy difícil por que el liquido que contenía iba hirviendo y si se les caía podían recibir quemaduras graves, luego procedía la distribución del ''alimento'' el contenido contenía perol y lo vaciaban en veinte vasijas de cada barraca. Las mujeres no estaban acostumbradas a labores manuales, los administradores alemanes les gustaban burlarse de las personas analfabetas y los ponían a realizar trabajos de oficina, a las personas más débiles los ponían hacer trabajos pesados. Lo que pasaban era algo muy fue porque nadie lograba conciliar su hambre y cuando les daban de comer se arrebataban las vasijas y se comían rápidamente la ''comida''.

Las custodias golpeaban a la menor provocación  en la barraca 26 tenían a una jefa que era polaca su nombre era Irka, ya llevaba varios años viviendo ahí  Olga platico con Irka y le dijo en la situación en la que estaba, ósea buscando a su familia pero ella de manera burlona le dio esperanzas de encontrarlos, no fue así pues primero se deshacían de las personas más inútiles para ellos como los niños, ancianos y enfermos eran inmediatamente enviados al crematorio se lo contó porque ella vivió lo mismo. Olga se quedo asombrada y se sintió culpable de a ver mandado a su hijo de 12 años con sus abuelos cuando los separaron. Decidió ir a buscar a su esposo el doctor Miklos Lengyel, no le importo costara lo que costara, tenía miedo porque había desobedecido las reglas finalmente lo encontró  al verlo no supo que decir tenía una apariencia desastrosa estaba sucio y también lo habían rapado, sus rasgos físicos no reflejaban ninguna emoción  luego fue a buscar a su hijo la sorprendió una mujer de la S.S, pero un criminal alemán trato de defenderla y le dijo a la otra mujer que no la golpeara por que se encontraba buscando a su hijo, pero la mujer se comenzó a reír.

Capítulo V La llamada a la lista y las selecciones

Olga ya sabía lo que había en el campo de concentración sin embargo no le tomaba tanta importancia aun. Tenían que presentarse cuando eran llamadas, se tenían que presentar obligatoriamente, pero esto no era lo peor todavía se tenían que esperar muchas horas incluso días de pie o frente a las barracas, y no importaba so llovía  helaba o nevara procuraban frotarse unas con otras para mantenerse calientes, pero solo las vigilaban por que tenían que guardar cierta distancia.

Por el contrario cuando hacía calor sudaban al extremo de que su harapos se les pegaban al cuerpo y sufrían por la falta de agua y al día les daban a lo mucho dos tragos de agua por persona, no les importaba si estaban enfermos aunque algunas mujeres hacían trampa y no se presentaban les costaba muy caro y si faltaba una mujer eran buscadas hasta ser encontradas incluso si faltaba un muerto, nadie podía romper la formación hasta que los hallaban.

Entre ellas se preguntaban por qué estaban ahí, había distintas respuesta pero la más frecuente era que no sabían  no tenían ni la más mínima idea para ellas las mujeres que no eran atrapadas tenían suerte de gozar a su familia y su hogar, incluso había internas muy jóvenes de trece a catorce años, las mujeres judías las mandaban inmediatamente enviadas a las cámaras de gas y a las demás las sometían a castigos brutales estaban sin comer solo eran huesos y pellejos las obligaban a ponerse piedras sobre la cabeza o a cargar con las dos manos ladrillos de rodillas bajo el sol.

Cuando se hacían presentes las selecciones se presentaban Jefes Nazis Hasse, Irma Grese o el doctor  Mengele las escogían con el fin de un posible traslado, ellos eran muy atractivos, el doctor solo mandaba con su silbato y señalando con el dedo pulgar ordenaba, Irma parecía un ''ángel ‘ojos azules y cabellera rubia. De vez en cuando retiraban personas de la barraca y eran enviadas a la muerte de quinientos a seiscientos seres humanos, el doctor Mengele escogía a sus víctimas; a las mujeres las hacia desnudarse caminaban con los brazos en alto era muy humillante para ellas y era muy triste porque los enviados al matadero seguían siendo personas.

Capítulo VI El campamento.

Al terminar la revisa regresaban a sus koias el campamento estaba dividido por una carretera central por ambos lados había diecisiete barracas ''con los números pares a la izquierda y los impares a la derecha"  anteriormente estos edificios habían sido anteriormente construidos para establos, en estos se encontraba la casa de ''LEGERALTESTE'' (la reina del campo sin corona) era una joven maestra de KNDERGARTEN  los alemanes fueron quienes la escogieron para ese cargo; reinaba a las miles de mujeres que había en el campo ''LEGERALTESTE'' , estaba compuesta por la "Lagerkapo, jefa adjunta del campo; por laRappartschreiber, jefa de la oficina y por la Arbertdients, jefa de servicios" cada una de ellas tenía su habitación pequeña pero aun era un paraíso comparado con el de las internas. Igualmente escogían policías femeninas en el campo, bomberas, basureras y recogedoras de cadáveres. Las encargadas de las cocinas eran al rededor de cuatrocientas mujeres gozaban a un de mas "privilegios" pues no comían alimento corriente y con la margarina la utilizaban como moneda de cambio y era para procurar prendas de vestir aun así hacían trabajos difíciles descargaban los vagones del ferrocarril con madera y cosas pesadas; algunas mas se la pasaban limpiando y a otras más las ponían a correr al rededor del campo con piedras pesadas, los alemanes le llamaban a esto ''deporte''. A veces era difícil ver quiénes eran las internas que maltrataban mas sin embargo a las judías y a las rusas las trataban aun peor llevaban casi una vida animal.

Una o dos veces al día eran teóricamente ''libres'' para realizar su limpieza personal tenían que lavar, peinarse y cepillar sus dientes esto era imposible de hacer si había agua había mucha gente llegaban mujeres sucias y malolientes en realidad no se reunían para limpiarse si no para beber unas gotas de agua no les interesaba que los tubos estuvieran roñosos y apestosos ; otro lugar donde se reunían era en los basureros hay encontraban muchos objetos que les podían ser útiles para ellas por ejemplo Olga encontró trozos de cuerda y un pedazo de madera que afilo en forma de cuchillo, también encontró un cinturón para sujetar su pantalón en ese momento se siento la mujer más rica entre las internas.

Capítulo VII Una proposición en Auschwitz

Olga ya llevaba tres semanas en Auschwitz ella se sentí como en un sueño o mas bien una pesadillas de la cual esperaba a que alguien la despertara. Ya no soportaba, las encarceladas gritaban se golpeaban parecía un estruendo de una manada de animales de pronto miraba desde su koia el interior de la barraca escucho una voz, se dio cuenta de que era un hombre bien vestido se sorprendió al ver a un hombre allí por que era solo una barraca de mujeres. Conversaron y supo que era polaco y que ya llevaba varios años en el campo de concentración trabajaba de carpintero y de vez en cuando limpiaba los evacuatorios; un día decidieron caminar llegaron a u lugar donde varios de los trabajadores estaban guisando en una fogata el hombre se llamaba Tadek saco dos patatas y las puso a cocinar y le dio una se la devoro en ese mismo momento fue el primer bocado que retuvo su estomago, también le regalo un chal para taparse la cabeza rapada. Tadek siguió entrando a su barraca todos los días y siempre le ofrecía comida aunque     ni siquiera le dirigía la palabra pero no le sirvió de mucho porque cada vez iba adelgazando mas y mas decidió ir a los lavabos porque allí habían hombres que compartían su comida con las mujeres para ella fue triste ver como comían su sopa negrienta en latas de aluminio sacados de la basura mientras estaba allí se mezclaban olores feos de cuerpos sin lavar y de los rancios alimentos, en otra parte en el campo había llegado un nuevo envió de deportados y lo único que quería Olga era salir ya de ahí en una esquina miro como había un hombre que comía sopa en un bote, no le quitaba la mirada de enzima lo que buscaba era que le obsequiaran un poco la ''sopa'' de repente una mujer se le aventó llego Tedek y le ofreció un paquete de comida se distanciaron luego de que le asignaran trajo en la enfermería y la mandaban a buscar medicinas raras y difíciles de conseguir la medicina era para combatir la sífilis.

Capítulo VIII Soy condenada a muerte 


Pasaron unos cuentos días y ya era insoportable estar allí  lo único que hacían era ir a las formaciones Olga cada vez estaba más delgada en verano le daba calentura esta vez se encontraba mas enferma que otros días tenía una amiga llamada Magda era su ejemplo a seguir, se cubrían pero eso no les daba resultado era una infracción por indisciplina así que Hasse las golpeo y las mando a la selección pues no quedo satisfecha con su venganza, desde ese momento estaban condenadas a muerte. Entre ellas iban mujeres de su barraca debían que esperar a que los camiones fueran por ellas para llevarlas a las cámaras de gas; sin embargo sus compañeras no creían y pensaban que eran lo historias estaban cerca de la ''panadería'' ese lugar donde quemaban a las personas, aun así se negaban a aceptar la realidad, las demás mujeres que había eran metidas a empujones. Su amiga Magda era una de ellas. Olga planeo escaparse antes de que llegara el camión pero la traicionaron sus mismas compañeras se dio cuenta pero seguido formada, llego el camión y se escabullo rápidamente a las cocinas, su amiga decidió ir con ella llegaron y se pusieron a platicar, acomodar trastes y a descargar para no levantar sospechar. Tuvo que cuidarse mucho para no armar un alboroto varias de las internadas si se dieron cuenta al verlas allí se sintió bien por que por lo menos seguía viva.

Capítulo IX La enfermería

Se pasaron mucho tiempo sin poder atender a los enfermos por que no habían los servicios médicos  ni medicamentos para curarlos hasta que un día les anunciaron que tendrían una enfermería y a Olga la nombraron miembro del personal de enfermería  decidió hablar con el doctor Klein (jefe médico de la S.S) pero la rechazo por presentarse sin autorización  al día siguiente la mando a llamarla y estableció la orden que las mujeres que tenían conocimientos médicos se presentaran no falto quien se ofreciera voluntariamente.

La barraca 15 que era la que estaba en las perores condiciones, se colaba el agua de la lluvia y tenía grandes aberturas. Tenía dos habitaciones una que decía farmacia y otra enfermería  tiempo después se instalo un hospital reunían cuatrocientos o quinientos pacientes no tenían que las dos habitaciones y no había agua y era un poco difícil mantener el suelo limpio, necesitaban desinfectantes para limpiar los residuos de sangre, tenían el problema de usar los mismos instrumentos temían de infectar de una infección al paciente. Para atenderlos se levantaban desde muy temprano las consultas empezaban a las 5 de la mañana y los pacientes debían esperar a que les tocara su turno había veces que atendían a mil quinientas mujeres al día las consultas eran sin ninguna interrupción  a las tres de la tarde descansaban un poco comían  limpiaban los instrumentos y el suelo. Todo el día atendiendo se sentían abrumadas y lo único que querían era descansar pero tenían varios partos seguidos y tenían que cuidarlas.

Al terminar podían asearse para ellas era un verdadero lujo y bañarse con agua caliente y "jabón" era más bien una pasta pegajosa con olor feo por lo menos hacia espuma, para dormir les daban dos mantas para las cinco una la ponían en el piso y con otra se tapaban; llovía y hacia viento no era cómodo para ellas pero era algo que no tenían las demás tenían un poco de libertad a pesar de esto seguían en las mismas condiciones con su vestimentas. Tiempo después les cedieron un "apartamento" decidieron hacerlo como koias a veces entre ellas platicaban de sus familias. Cada día iba aumentando el número de mujeres enfermas pero los administradores se negaban a aumentar el personal  mejoro un poco la situación y se construyo un hospital cabían de cuatrocientas a  quinientas mujeres fue muy difícil para ellas entrar a el hospital por que les pedían sus pertenencias a cambio de una horrible camiseta y seguían durmiendo en sus koias o sobre paja.

Capítulo X Un nuevo motivo para vivir.

Muchas veces no llegaban solo mujeres a la enfermería sino también hombres por que cuando terminaban de trabajar sus barracas estaban cerradas los tenían que atender y no podían negarse-le los servicios. Un día llego un hombre francés le designaron la letra "L" tenía una herida en el pie; para ellas era una persona de la que recibían alegría, les daba noticias buenas de la situación militar en Europa y por lo menos les daba información verdadera y no solo rumores

No tenían experiencias sobre guerras cuando sonaban las sirenas de la S.S huían a esconderse se encerraban y atrancaban las puertas, las mujeres presas quedaban expuestas a las bombas.
Olga pasaba por una grave depresión pues había perdido a sus padres, a sus hijos y de su esposo no sabía nada; aunque trabajaba en la enfermería se sentí muy mal. Estaba al borde del suicidio.
"L" la conmovió a seguir adelante ella ayudaba a tener alivio a las personas y le dijo que sus servicios eran muy valiosos; también le dijo que era la mujer ideal para estar en oficina y recibir correos enviar cartas y paquetes. A partir de esto Olga se entero de todas las muertes en la cámara de gas y en el crematorio. Los cadáveres eran sincerados en una fosa. En los primeros tiempos fueron exterminados judíos y no judíos en el crematorio, después de un tiempo ya eran enviados a la cámara de gas, otros eran ejecutados en la horca o con inyecciones de veneno, cada día exterminaban a miles de personas, Olga muchas veces presencio la llegada de los trenes al campo, el sufrimiento y el dolor de las personas. Solicitaban a doctores y dentistas para salvar los valioso de los cuerpos, el sufrimiento por el que pasaban era una verdadera tortura, metían a gente de mas a las cámaras se encimaban y agonizaban.

A pesar de todo esto Olga tuvo motivos para seguir viviendo.

Capítulo XI Canadá. 

En Auschwitz tenían un edificio llamado "Canadá" en realidad no sabían por que lo llamaban así, pero ali almacenaban las pertenencias de los deportados cuando eran enviados al crematorio, el Canadá contenía muchos objetos de valor por que cuando los deportados eran llamados llevaban sus pertenencias de valor para cambiarlas por favores; entre los equipajes se encontraban maquinas de coser, tabaco, jamón ahumado y cosas de más valor.

En el Canadá se dedicaban a descoser forros y hallar tesoros escondidos. A cada semana salía de Auschwitzs para Alemania dos o más trenes llenos de todo lo que encontraban; la gente que pertenecía al Canadá eran privilegiados por que tenían oportunidades de robar aunque los amenazaran con castigos severos. Gracias a que algunos robaban había fugas en el campo y los objetos que robaran del Canadá eran negociados en el mercado negro. Solo algunos podían darse el lujo de cambiar margarina por marcos de oro.

No solo los que estaban en el Canadá se aprovechaban de esto sino también el personal de cocina; cambiaban sus objetos por zapatos, chamarras de piel en el mercado negro. Olga cambio pan de ocho días por una camisa de enfermera. Hay era el dilema de la vestimenta o el alimento.

En el campo checo tenían mas privilegios esto se debía a que no estaba bien administrado, los checos si podían recibir paquetes de sus familias esto solo duro un tiempo, fue entonces que los checos se enteraron que los alemanes querían liquidaros. Una noche los checos se comunicaron por medio de tarjetas pero no sirvió de mucho porque al final fueron exterminados todos, enfermos, sanos, ancianos, mujeres, niños y hombres.

Capítulo XII El depósito de cadáveres.


 El trabajo de Olga no solo era en la enfermería también tuvo que trasladar cadáveres limpiar los cuerpos y arrojarlos al montón de cadáveres putrefactos  sudaban demasiado y no podían limpiarse la cara con las manos infectadas de enfermedades para Olga este trabajo fue el más macabro y horrible de todos, tropezaban con el montón de cadáveres por suerte ella nunca se desmayo como sus demás compañeras, a la vista los cadáveres tenían deformaciones físicas le pareció a ella muy misterioso como los internos adelgazaban muy rápido y perdían mas del 50 % de su peso normal. A las mujeres les detenían su menstruación sufrían de dismenorrea.

En su comida diluían un polvo raro para debilitar sus reacciones sexuales, en cambio las mujeres como las blocovas estaban libres de estos problemas en su cuerpo, un día Olga hablo con una mujer de la cocina y ella le dijo que si era verdad que les daban en su alimento un polvo
misterioso Olga le pidió que le diera un poco del polvo por si ella salia tenia pruebas de lo que pasaba.

Olga también trabajaba en meter la basura en bolsas grandes encontraban, periódicos botellas, juguetes, etc. Cuando le tocaba trabajar cerca de la estación de ferrocarril les tocaba escuchar como llegaban personas al campo a ella le pareció muy triste ver a toda la gente ingenua pensando que iban a descansar del largo viaje ella les dio consejos de que dijeran que estaban sanos y decir que sus hijos eran mayores de doce años, pero la gente la miraba burlonamente no eran capaces de comprender la realidad, la gente que llego eran americanos y pidieron hablar con el comandante los engaño diciéndoles que si los mandaría a Washington.

Tiempo después a Olga le toco separar el equipaje encontró muchas cosas de valor para la gente fotografías  ropa, retratos y maletas de piel, hallaron discos y pusieron uno en un fonografo portátil  escucharon una vos que cantaba un villancico de navidad las conmovió mucho, pero un centinela escucho y fue a destruirles el disco, supieron que la habían escuchado el villancico  "Noche de Paz" de Bing Crosby un artista norteamericano.

Una mujer le explico que los americanos eran usados como combustible, porque eso de matar nunca fue un problema para los alemanes.

Capítulo XIII El "Ángel de la muerte" contra el gran "Seleccionador 
 

Olga se sentía muerta estaba sucia, rapada de la cabeza y con un zapatos de hombre impares.
Para entonces los seleccionados eran llevados al campo por las jerarquías femeninas, Hasse e Irma Grese, iban tres días a la semana desde muy temprano hasta muy tarde revisaban su cuota de victimas en el momento que ellas llegaban las internas del campo temblaban de miedo fijaban su mirada en ellas, Irma iba con su látigo y golpeaba donde se le antojaba era una mujer hermosa todas fijaban su mirada en ella, era una muchacha joven y bella con cabello arreglado, cuando golpeaba el dolor de las internas le causaban gracia, y a ellas no les quedaba más que aguantarse el dolor las pobre mujeres salían muy lastimadas. Antes de que las llevaran a la cámara de gas tenían que pasar con una revisión con el doctor Klein, las hizo esperar tres días sin comida, tiradas en el pavimento, muchas de las compañeras de Olga le pedían que las salvara porque ella era la que acompañaba al doctor; entonces Olga le suplico al doctor que las ayudara aunque ya estuvieran enfermas aun tenían algún familiar en el campo.

El doctor ordeno a los centinelas que forzaran la puerta, cuando entraron estaban trescientas quince mujeres unas habían muerto, otras estaban muy débiles sentadas sobre los cadáveres, parpadearon al ver la luz; al verlas el doctor enfureció y les grito que salieran de ahí, mas tarde se llevaron a más personas a la cámara de gas, ese día el doctor salvo a treinta mujeres de la muerte. El domingo fueron castigadas Olga y sus compañeras sin ninguna razón, pasaron de rodillas todo el día en el suelo mojado, llovió de nuevo pero no importaba por que tenían que seguir de rodillas inmóviles y con los brazos levantados. Llego el doctor Klein y Olga corrió hacia la puerta del campo él fue a llevarle medicinas porque se lo había prometido, los descubrió Irma con su látigo les dijo que hacían , entonces discutieron y el doctor la dejo hablando sola diciéndole que el asumía la responsabilidad porque él era jefe médico y también tenía derechos, Olga y el doctor fueron por la avenida que separa al campo luego el doctor dejo a Olga, ella temía que Irma se vengara por la humillación que le hizo pasar el doctor, la golpeo y la dejo tirada en la lluvia no la selecciono ni la mato como solía hacerlo.  

Capítulo XIV Organización


Llego un viejo interno que trabajaba en el campo de Auswichitz con la cabeza rapada diciendo que tenían que resistir y que tenían que organizar.
Olga no entendió eso de organizar, se preguntaba qué era lo que se tenía que organizar, entonces empezó a reunir cabos sueltos aunque le llevo bastante tiempo las internas le dieron la respuesta.  “ Si no quieres morir de hambre, no queda más remedio: robar” y entendió que organizar es robar a los alemanes expensas, para las internas robar era una acción noble y cuando lo hacían era un acto de solidaridad social. Estas dos palabras organizar y robar no era sinónimos pero tampoco se podía poner una línea divisora, algunas internas robaban a sus compañeras miserables raciones y cuando estaban mal vestidas robaban también los harapos de los lavabos, habían campesinas sin educación que hacían maravillas de “organización”.
En septiembre de 1944 “L” organizo cucharas para los miembros de la enfermería, Olga se sintió muy alegre de a ver recibido una cuchara para comer, porque siempre que comía sorbía y lambiaba como un pero; días después desapareció su cuchara y se molesto mucho, la ladrona era una mujer multimillonaria de Hungría que estaba acostumbrada a verdaderos lujos.

Olga se entero por una de sus amigas que en la barraca 9 había una mujer que intercambiaba margarina o pan por lana, Olga necesitaba una chaqueta de lana, la mujer que intercambiaba se llamaba Malika y fue la única mujer de negocios en el campo. Cuando fueron Olga y su amiga a comprar l regresar tenían mucha hambre pasaron por donde estaban preparando un platillo de papatas ralladas y margarina la mujer que lo preparaba estaba mal de su oído por que le dolía y les dijo que les daba un platillo a cambio de una aspirina para el dolor tenían miedo de que las castigaran pero al final decidieron dárselas  


Capítulo XV Nacimientos malditos 


En la enfermería tenían el problema de que cuando las mujeres fueran a dar a luz los mandaban inmediatamente a la cámara de gas y cuando el bebé estaba enfermo o ya no tenía esperanzas de que viviera le perdonaban la vida a su madre y si los bebés Vivían tanto las madres como ellos tenían que morir. Un día pensaron en salvarlos a los dos simulando que el bebé había muerto debían de tener mucho cuidado porque si los alemanes se daban cuenta las enfermeras podían morir en la cámara de gas. En el momento que sabían que una mujer iba a dar a luz no la atendían en la enfermería si no en las koias sobre una manta, y si los dolores eran de noche tenían que llevar a la mujer a la enfermería pero allí corrían el riesgo de tener una infección por que ahí atendían las heridas más purulentas.

Cuando el bebé nacía le apretaban la nariz con unas pinzas y le daban una dosis de un producto mortal, y ponían al niño en una caja aunque esto fue terrible tal vez hubieran sufrido más vivos y quemados en los hornos

 Llegaban las mujeres judías al campo inmediatamente las ponían del lado izquierdo algunas se tapaban, lograban conservarse y ocultarse así hasta el día que naciera su bebé; los tenían en las koias pero cuando los alemanes se daban cuentas pues gritaban de dolores era obvio lo que hacían.

Capítulo XVI 
Algunos detalles de la vida detrás de las alambradas. 

En noviembre de 1944 fue disminuyendo la vigilancia alemana, fue algo que no se les iba a olvidar porque siempre estaban los centinelas vigilando las alambradas, con este privilegio las mujeres y los hombres intercambiaban palabras, pero estaban separados por la alambrada cargada de electricidad y si la tocaban aunque fuera muy ligeramente podía ser mortal, se quedaban de rodillas las parejas haciendo planes para el futuro. Aunque esto era algo bueno solo fue temporal por que muchas veces los centinelas habrían fuego incluso había guardianes que se esperaban a que se juntaran varias personas para dar tiro sobre ellos. Pero a esto muchas veces no le tomaban importancia se acostumbraban a todo hasta a la muerte.

Un domino llego una joven húngara a la enfermería porque un centinela le disparo y la bala le pego en el ojo, estaba muy grave y lo que quería era saber si perdería la vista la llevaron a que la operaran a otro campo sus dos ojos corrían peligro. Al poco tiempo a todos se les olvido el accidente que paso y se seguían reuniendo, había veces que encontraban los cuerpo de personas pegados en la alambrada, la gente pensaba que tenían valor de a verse quitado la vida y ya no sufrirían por todas las torturas que pasaban por otra parte los que recién llegaban a Auswichitz les hacían tatuajes algunos crean que los tatuaban porque serian los que no enviarían a exterminar y otros si creían que era para mandarlos a la cámara de gas, los internos corrientes que llegaban había veces que no los tatuaban porque solo les servían como combustible para los hornos. 

Utilizaban punzones de metal para tatuar y cuando alguien moría su número era utilizado por otra persona y así sucesivamente es por eso que los alemanes seguían en el numero doscientos mil .
También llegaban monjas y sacerdotes a Birkenau pero las prácticas religiosas estaban prohibidas y estaban castigadas bajo la pena de muerte y los alemanes no los querían porque para ellos estaban demás. Había in campo D era solo para hombres y había una barraca para niños.

Capítulo XVII Los métodos y su insensatez .

Auschwitz era un campo de trabajo, y Birkenau era el campo de exterminación pero en Birkenau también había trabajos y a Olga le tocaban algunos de ellos, el primer lugar ocupado por el trabajo era integrado por la comida la trasportaban casi un kilómetro era un resultado fatigoso y para ellas había trabajos inútiles como mover piedras de un lugar a otro hasta los ladrillos y el barro lo movían, mientras tanto a Olga le toco limpiar los evacuatorios este era un trabajo muy duro porque lo hacían durante todo el día.
Habían grupos de trabajo que lo realizaban sin comer, ni beber, cantaban y marchaban marcando el paso los superiores no las dejaban de vigilar no les permitían ni un minuto para descansar y si alguna de las personas desfallecía la golpeaban y si se enfermaban no eran admitidas en la enfermería a menos de que tuvieran fiebre muy alta.
Los alemanes de vez en cuando iban a desinfectar los campos aunque solo parecía que empeoraban sus condiciones higiénicas por que las desvestían y quedaban con el cuerpo descubierto y algunas personas tenían piojos; debían pasar por la ducha después esperar afuera formadas sin importar el tiemplo climático, luego las mandaban a sus barracas desnudas y tenían que esperar a que se les devolvieran sus harapos incluso habían mujeres a las que ya no se los devolvían y tenían que dedicarse a la organización.
A pesar de las llegadas de prisioneros el número de personas iba disminuyendo porque eran enviados a fábricas para trabajar como obreros y algunos de los criminales fueron libres con la condición de pelear contra sus enemigos.
Llego un tren procedente de Polonia con niños acompañados por monjas los niños estaban sedientos y hambrientos pedían agua y comida estaban agotados y tristes, una monja le pidió a guardián que le diera agua pero la ignoro burlonamente la volteo a ver y la golpeo en la cabeza los niños al ver la sangre se desesperaron, sus gritos se escuchaban hasta el campo.

Capítulo XVIII Nuestras vidas privadas.

Olga estuvo durante seis meses compartiendo espacio con cinco personas entre ellas estaba la doctora G, había estudiado en Transilvania y fue medica, su otra compañera era una mujer yugoslava, rubia que se creía medica pero no lo era, ellas pensaban que por lo menos había estudiado el primer año de medicina, porque siempre se ponía a leer folletos y temía que los alemanes la descubrieran pues hubo mujeres que se hicieron pasar por medicas e inmediatamente las enviaron al crematorio. La doctora Rozsa su tercer compañera era pediatra checa ellas si era una médica de verdad, muy entusiasta de edad tenía como 55 años era de estatura baja y fea, la doctora Rozsa se ausento y entre las demás compañeras comenzaron a hablar de ella de que tuvo un romance y que fue silencioso. La cuarta compañera fue llamada como S, era cirujana de primera clase como también asistente del esposo de Olga, y la última compañera era una dentista que se caso cuando la llevaron al campo la noche de su boda la paso en el vagón del tren. Después ya no solo eran seis sino que llegaron a ser siete junto con su amiga de Olga, Magda ella era una química, Olga tenia compañera de cama la esposa de un doctor, llamada Lujza así con el tiempo llegaron a ser doce mujeres en esa pequeña habitación para todo estaban juntas aunque tuvieran algunas diferencias.
A Olga le toco sufrir una infección de sarna pues ella siempre estaba con pacientes, la infección no la dejaba hacer nada ni trabajar, ni dormir y ya tenía muchas heridas en su cuerpo por rascarse tanto, la tortura se hizo más insoportable porque también se infectaron Magda y la dentista no siempre conseguían agua para asearse.
La doctora G era una de las personas más ricas en la habitación, tenia vestidos y no andrajos como las demás, tenía su cobertor de seda le daban oportunidad de planchar sus camisas todos sus vestidos los conseguía en el mercado negro o a veces se lo regalaban, por otra parte Olga comenzó también a recibir obsequios y sus compañeras en veces se molestaban y se preguntaban de quién y por que los recibía.

Capítulo XIX las Bestias de Auschwitz


Josep Kramer fue uno de todos los de la SS que tuvo mayor notoriedad, era un criminal y fue conocido como la vestía de Auschwitz y Belsen las internas casi no tenían contacto con él a pesar de que fue jefe de casi todo el campo físicamente era un hombre robusto, pelo corto y ojos negros, a Olga solo le toco verlo dos veces. Un día después de a ver exterminado a millos de seres humanos dio la orden de que todos salieran, había muchos hombres entre tanta multitud de mujeres, les prohibían hablarles de pronto en el campo apareció una orquesta empezaron con música ligera, todos deseaban divertirse, aparecieron aviones alemanes se preguntaron qué hacían, comprendieron que los estaban filmando y Kramer comenzó a pasearse con ellas por todo el campo sonreía pero todo era una farsa organizada por el, meses después ordeno liquidar al campo 1° al medio día. A pesar de que ya se había reducido las prisioneras se dio la orden de llevara a cabo lo dicho. Se llevaron a todas las enfermas y a Olga junto con sus compañeras les toco quitarles sus blusas harapientas y sucias; Kramer perdió la calma y golpeo en la cabeza a una mujer dejándole el cráneo aplastado.
Separaron al personal sanitario en dos secciones la primera fue enviada a un campo de trabajo y el otro a un hospital.

Capítulo XX La resistencia 


La vida en el campo de Auschwitz se caracterizaba por un espíritu de resistencia, por ejemplo la resistencia era beneficiar a los mismos compañeros o cuando las trabajadoras en telares se tardaban en hacer sus tareas era un acto de resistencia, fueron las principales manifestaciones de sus actividades clandestinas sin embargo había muchos actos de rebeldía.
En finales de 1944 se ordeno a las internas rusas y polacas que entregaran a sus hijos derramando lagrimas amargas las mujeres les ponían cruces en el cuello a sus hijos para reconocerlos después, a pesar de las desesperación que tenían no se opusieron a este acto ni tampoco hubo suicidios.
La organización clandestina consistía de muchas maneras desde el sabotaje hasta la destrucción de crematorios así como la edición de un “periódico hablado” pues necesitaban divulgar sus noticias, “L” resolvió problemas técnicos gracias a la cooperación del Canadá construyeron una pequeña radio la enterraron y durante la noche iban personas para que al otro día las noticias se divulgaran entre los internos. Algunos miembros del campo quisieron hacer llegar las noticias a los Aliados, un prisionero checo logro pasar informes al ejército soviético; al campo llegaron paquetes de explosivos eran tan pequeños como una cajetilla de cigarros pues fácil esconderlos el objetivo era volar el crematorio.
Había una cirujana rusa la doctora Mitrovna era una mujer poderosa que defendía con uñas y dientes a sus pacientes cuando bombardearon las cocinas de la SS muchas mujeres  resultaron heridas las alentaba con perfecta imparcialidad, en Nochebuena celebro con las enfermeras canto como una niña respetaba el espíritu religioso de las compañeras. Un día la doctora estaba distiendo con un guardián por culpa de Olga la defendió muy bien, Olga se preguntaba por qué.
En octubre de 1944 hubo una explosión que conmovió al campo un crematorio había sido volado, la noticia corrió muy rápido Olga aprovecho para salir con su bata de enfermera, varios SONDERKOMMANDOS fueron fusilados en bosques.

Capítulo XXI ¡París ha sido liberado! 


En agosto de 1944 llego un trabajador francés en la enfermería, Olga lo había visto antes en Birkenau tenía una sonrisa maliciosa, satisfacción en el rostro este hombre le dijo a Olga que parís había sido liberado ella se sintió muy conmocionada y hasta se olvido de curarlo no podía creer ni asimilar la notica siempre que escuchaba una noticia de los Aliados, se sintió tan dichosa que comenzó a contarle a cada pacientes lo que ocurrió ellos mismos se sentían asombrados que hablaban de la notica corrió con rapidez entre los prisioneros se abrazaban u besaban. La noticia la liberación de Europa  se lo agradecían a los Tommies que eran soldados de habla inglesa algunos franceses fueron fusilados por crear rumores falsos y otros más fueron exterminados en la cámara de gas en víspera de la victoria. Luego de la liberación de Cuidad Luz los internos empezaron a crear planes y como iban a recibir a los aliados y en pesar que verían cenizas del crematorio verían paracaidistas y aviones en el cielo, así como que los alemanes se arrodillarían y les pedirían misericordia a los internos por que estarían llenos de terror.
A todos los internos se les dijo que si tenían parientes en estados unidos iban a ser intercambiados por prisioneros alemanes para lograr esto tenían que dar su dirección nombres, fecha de nacimiento, tanto de ellas como de los parientes; las mujeres no dejaban de pensar y trataban de recordar los requisitos pero algunas no lo lograban y hasta lloraban de la desesperación en cambio otras mas ya tenían visto pasar navidad en Norteamérica, tiempo después loas americanos llegaron con tres de ropa y calzado los que iban a partir estuvieron esperando con alegría de la ropa que llevaban algunos les tocaban hasta abrigos y guantes. Todos deseaban irse con ellos los envidiaban y se sentían desalentados. Dos semanas después un miembro del grupo Pasche hablo de los “americanos” y dijo que estuviesen preparados para la partida final, luego luego sospecharon que algo iba mal porque el tren que venía de regreso devolvió la ropa y el calzado que les habían dado los “americanos” que antes partieron pues los habían exterminados.
Olga se entero que en Barraca 28 había un hombre norteamericano era abogado y economista pero fue deportado a Auschwitz por ocultar a una judía.

Capítulo XXII Experimentos científicos


Cuando Olga trabajaba en el hospital del campo FKL y del campo E le toco atender a conejillos de india humanos eran víctimas de “experimentos” científicos los doctores alemanes eran libres de hacer lo que quisieran con la gente a pesar de todo esto no tuvo ningún beneficio solamente sacrificaban a miles de seres humanos, más allá de las pruebas científicas eran juegos mortales, así como los niños sin entrañas arrancaban las alas a insectos los doctores hacían lo mismo pero con humanos algunas veces los experimentos eran absurdos como un doctor alemán estudiar cuanto tiempo vivía un ser humano solamente con agua salada otro sumergió a un hombre en agua helada, un día las enfermeras preguntaron a las mujeres quien no podía dormir les dieron un polvo planco ellas lo aceptaron y al otro día diez de las veinte mujeres habían muerto. En canto al doctor Mengele sus investigaciones favoritas era el estudio de enanos y gemelos, a los gemelos se les daba un trato mayor y les permitían quedarse con su ropa llego al extremo de perdonarles la vida a una docena de mellizos cuando exterminaron el campo checo y con los gemelos los coleccionaba y hacia transfusiones de sangre.


Muchos internos murieron por los experimentos y otros eran exterminados en el campo de concentración, la ciencia alemana saco conclusiones que el ser humano puede sobrevivir a temperaturas predeterminadas y en agua helada; había experimentos de resistencia del organismo humano al hombre, los musulmanes eran los más demacrados los obligaban a beber demasiada sopa. La compañía alemana de Bayer mando medicinas a los tuberculosos, un día utilizaron a mujeres polacas para injertos de músculos, huesos y otras cosas, había inyecciones en el corazón estas estaban hechas de petróleo la aplicaban para los enfermos débiles, tenían más experimentos como poner a enfermos bajo el sol y así ver cuánto tardaba en morir sin agua. Los alemanes practicaron la inseminación artificial en mujeres pero esto no dio resultados en agosto de 1944 esterilizaron a muchachos de trece a dieciséis años los obligaban a masturbarse para tener erección y si no utilizaban un instrumento de metal que provocaba dolos. En 1945 mujeres jóvenes fueron sometidas a un experimento por un ginecólogo inyectando un liquito blancuzco en los órganos genitales de ellas.


Capítulo XXIII Amor a la sombra del crematorio.


Los superhombres que tenían en sus manos el destino de los internos quisieron extinguir el deseo sexual en los prisioneros por que corría el rumor de que en la comida ponían un polvo para reducir el apetito sexual, los hombres de la SS se excitaban al ver mujeres jóvenes y hermosas cuando las veía desnudas.
Todos se dirigían a la persona que les interesaba llamándole de tú, las jóvenes tenían sus aventuras, las blocovas disponían de espacios para ellas y para sus acompañantes las amigas de la blocova cuidaban mientras su jefa se divertía, cuando los hombres de la SS se acercaban la cita se interrumpía hasta cuatro veces; había veces que la blocova prestaba su lugar para que otras mujeres estuvieran con algún hombre pero si la llegaban a descubrir podía pagarlo muy caro. La belleza variaba en Birkenau las mujeres que tenían el cuerpo mas lleno las consideraban como modelos pues a los prisioneros varones no les gustaban las mujeres con poca carne. Entre las mujeres se distinguían tres categorías el primer grupo era el menos interesante eran las lesbianas, las mas alborotadas eran las de segunda clase y en la tercer categoría estaban las lesbianas que se enteraron de sus tendencias en el campo. Una de las iniciadoras fue una condesa polaca cuando llego iba vestida de hombre, parecía hombre tenía sus maneras y gestos igual que un varón, Olga fue acosada por la condesa una vez la ayudo a bajar de su koia y huyo de ella cuando Olga se quedaba dormida la despertaba a besos pero cuando a otras mujeres les hacia esto se sentían alagadas.
La Grese era bisexual y tenía relaciones con mujeres que cuando ya no le gustaban las mandaba al crematorio; Olga le tenía mucho miedo al “ángel rubio” una vez le ordenaron llevar sus prendas que le hacia su modista madame Grete así que Olga hizo todo lo posible para intercambiar su margarina con la modista a cambio de que la acompañara luego de tanto ruego madame  Grete acepto y fueron juntas a la barraca de Irma cuando llegaron la bella mujer estaba torturando a una muchacha a latigazos, los gritos se escuchaban mucho Olga se asomo por un pequeño agujero, mas tarde Irma las mando a llamar empezó a probarse las prendas la mujer no era flaca pero si bien formada.

Capítulo XXIV En el carro de la muerte.


Durante varios meses Olga estuvo en busca de su marido, cuando por el campo pasaba un camión de hombres los miraba para ver si lo encontraba en sueños de Olga se imaginaba que tal vez estaba trabajando en minas, y muchas veces ella le trato de mandar mensajes aunque nunca supo si le llegaron; luego de tiempo se entero que estaba trabajando como cirujano en el Campo de Buna deseaba verlo aunque no sabía cómo ir a ese lugar.

En el campo había un lugar para locos los cuales eran llevados a la estación experimental de Buna eran trasportados en los “camiones de la muerte” servían para enviarlos a la cámara de gas, así que decidió irse como enfermera en el camión aunque su plan corría muchos riesgos, logro pasarle un mensaje a su marido para avisarle que iría al hospital; el día que se fueron al campo de buna el viaje fue perturbador ir entre locos que de un momento a otro te abrazaban y luego insultaban sin razón alguna, el camión recorrió la población de Auschwitz Olga al ver como había gente libre aun que convivía con su familia y vestían decentemente se dio una grande impresión. Cuando llegaron al hospital de Buna Olga se encontró inmediatamente con su marido los dos se quedaron mirando sorprendidos no dijeron ni una sola palabra por que no querían que se dieran cuenta que se conocían, mientras les hacían experimentos ellos se encontraron de nuevo no sabían de qué hablar Miklos le contó que trabajaba desde la mañana hasta la noche con sus palabras la consoló y la animo querían vivir para dar testimonio esta vez fue la última que lo vio por que después se entero que por querer ayudar a un prisionero francés que se había desmayado pero un guardián disparo contra los dos. 

Capítulo XXV En el umbral de lo desconocido 


En enero de 1945 llegaron tropas de las SS al hospital en la noche llegaron más SS se llevaron fichas de los enfermos las juntaron y formaron una montaña de papeles y les prendieron fuego, luego les convocaron que iban a evacuar el campo y que tomaran sus pertenencias, según irían al interior de Alemania, también incluyeron a las enfermas porque temían que los rusos los descubrieran, muchas mujeres se apretaban en la alambrada que separaba al campo de mujeres de el de hombres para despedirse de ellos porque no sabían si los volverían a ver; se hicieron rumores de que creían que los iban a acecinar algunas mujeres enfermas estaban aterradas por qué no tenían fuerzas otras continuaron siguiendo órdenes para emprender el viaje.

En esa mañana las reunieron en la Lagerstrasse en columnas, cuando las seleccionaron enfermas y no enfermas fueron envidadas a la barraca, otras lloraban porque querían irse al viaje; Olga se dio cuenta que en el viaje morirían de hambre se fueron a un almacén y tomaron todo el pan que pudieron. Afuera del campo tuvieron que formarse durante horas después los soldados de la SS cerraron las puertas del campo, cuando partieron Olga recordó a sus hijos, sus padreas y a su marido al volver a ver Birkenau ella tenía claro que iba a vengar a su familia y para lograr esto se fugaría. Las cruces de Birkenau se veían cada vez menos y poco a poco fue desapareciendo el matadero más grande de la historia.

Capítulo XXVI La libertad


Los guardianes los conducían por la carretera de Auschwitz, hacia mucho frió el estruendo de armas cada vez se acercaba mas y cada que se acercaban se iban acercando se alegraban; iban caminado más aprisa se inquietaban de no saber donde las estarían llevando eran seis mil mujeres las que iban caminando por aquella carretera llena de nieve, los guardianes se encontraban armados con granadas y ametralladoras tenían la orden de disparar; pasaron por varias aldeas polacas Olga sintió una emoción al ver gente libre en sus casas.


Pasaron la primera noche en una cuadra Olga junto con sus amigas tomaron las primeras filas otras mujeres estaban discutiendo cada vez se hacía más intolerable el ambiente. Olga ya había decidió irse pero al ver a Magda y Lujza le dio lastima y se fueron juntas iban muy asustadas siguiendo los pasos de Olga. Después de caminar mucho llegaron a un escondite en una aldea polaca donde había un iglesia, pero una patrulla alemana se acerco hacia la iglesia pronto corrieron a una casa luego  se escondieron en un ganadero pudieron gozar de buena suerte porque les llevaron comida. Al día siguiente en la mañana fueron a un nuevo escondite cuando llegaron Olga en agradecimiento les hizo unas galletas pero cuando ella estaba en la cocina llego un policía alemán y la cuestiono porque nunca la había visto hay.

Capítulo XXVII Todavía tengo fe 


En este ultimo capitulo narra como ella quisiera que lo que a ella le paso jamás vuelva a suceder en el mundo y que después de a ver leído el libro no queden dudas de lo sucedido.
El 31 de diciembre de 1944 la SS pidió a Birkenau que le mandara un informe general de los niños separados de sus familias, los alemanes inmediatamente llegaron a la conclusión que los tenían que desaparecer pero no querían ni siquiera gastar gasolina así que dieron la orden de que los bañaran les cortaron su pelo e iban caminando en la carretera cubierta de hielo y si un pequeño resbalaba le daban latigazos. Más tarde los bañaron sin jabón ni toallas y con agua helada les pusieron de nuevo sus harapos, los alemanes resolvieron el problema de los inocentes de Birkenau después de que los bañaron hicieron revisa que tardo cinco horas fueron pocos los pequeños que sobrevivieron. Era el último día del año caían enormes copos de nieve, rezaban por tener justicia, mientras muchas personas más eran felices en Año nuevo en Birkenau las ratas estaban cebándose los cuerpos de los niños.
Olga finaliza “Gracias a estos pocos, no he perdido totalmente mi fe en la humanidad. Si en la misma jungla de Birkenau no todos fueron necesariamente inhumanos con sus hermanos hombres, indudablemente hay todavía esperanzas.


Esta es la esperanza que me hace vivir.”


5 comentarios:

  1. Tu blog esta liso... NO TENDRAS PROBLEMAS
    Atentamente tu Profesora de INFORMATICA
    Cambia el color del fondo... no puedo leer tu información.

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  2. Pero que basura acabo de leer, es increiblemente absurdo y ficticio todo esto.
    Ese campo de concentración era utilizado para producir caucho sintetico para la guerra
    Basura propagandistica

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    1. Supongo que estuviste ahí, como la autora Olga para decir tremenda falacia.

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